Divina libertad
Durante
años he estado teledirigida por trabajo, estudios y obligaciones.
Como autómata
privilegiada y feliz he ido cumpliendo etapas.
Ahora soy dueña de mi mando a
distancia y ese don me produce tal alegría, que como niño ante un
escaparate de la mejor pastelería del mundo, me relamo textualmente cada
segundo de mi vida.
Esa divina
libertad, sin coste añadido me produce paz y enfatiza mi sinapsis con almas
gemelas.
Sin candados, ni intereses, increíble pero cierto. Sin billetes de ida
o vuelta, tan sólo divina libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario