EL
QUESO
Parece que el queso fue descubierto por pura casualidad hace
miles de años y desde entonces es un alimento que ha acompañado al hombre
durante todo su camino.
Descubrir la fabricación del
queso supuso una gran suerte pues es una manera de poder conservar un alimento
durante bastante tiempo.
Todas
las culturas han fabricado queso y este llegó a Europa desde
Oriente Medio.
Para fabricar queso se necesita
leche, que puede ser de vaca, oveja, búfala, cabra, etc. y cuajo u otras
enzimas que ayuden a coagular la leche y separarla del suero.
Los quesos nos ofrecen infinidad de sabores diferentes pues
además de las diferentes clases de leche
usadas para su fabricación, también influye el tiempo de curación, que la leche sea entera o desnatada y, cada vez más, se le añaden ingredientes
nuevos (queso con hierbas, frutos secos, etc.)
Gracias a todos los nutrientes importantes que el queso nos
aporta, debe estar presente en una dieta sana y equilibrada, aunque deberá
ser consumido con moderación.
Según el código alimentario se define queso
al producto fresco o madurado, sólido o semisólido, obtenido a partir de
la coagulación de la leche (a través de la acción del cuajo u otros
coagulantes, con o sin hidrólisis previa de la lactosa) y posterior separación
del suero.
Las leches que se utilizan
habitualmente son las de vaca
(entera o desnatada) que da un sabor de queso más suave, cabra u oveja (en zonas mediterráneas). En la elaboración de algún
queso especializado como la mozzarella, se emplea la leche de búfala y en otros casos de
camella.
El queso de Cabrales (Principado de Asturias, España) utiliza una
mezcla de leche de vaca, oveja y cabra.
La grasa de la leche es el
nutriente que más influye en el sabor del queso. La leche entera es la más rica
en grasas, pero en ciertos casos para poder reducir el contenido graso de los
quesos se usa su versión desnatada o semi, lo cual también puede disminuir el
sabor del producto final.
El orígen del queso no es muy preciso pero puede estimarse entre el año
8.000 a.C y el 3.000 a.C. Datos arqueológicos demuestran que su elaboración
en el antiguo Egipto data del año 2.300 a.C.
Europa introdujo las
habilidades para su elaboración y producción, convirtiéndolo en un producto de
consumo popular. Gracias al imperio europeo, poco a poco el queso se ha dado a
conocer en todo el mundo.
Fue en Suiza (1815) donde se abrió la primera fábrica para la producción
industrial del queso.
Propiedades
del Queso
El consumo de queso nos permite
disfrutar de muchas propiedades beneficiosas para nuestra salud.
Algunas de las propiedades del queso:
El queso aporta al organismo calcio y fósforo que son elementos
imprescindibles para un buen desarrollo.
El queso contiene factores
específicos que protegen a los dientes
de las tan temidas caries.
El consumo de queso reduce el
aumento perjudicial de la acidez de la
placa que rodea los dientes.
Los minerales que nos aporta el queso ayudan a evitar la desmineralización.
La caseina que se encuentra en el queso forma una película sobra la
superficie del diente protegiendo el esmalte del mismo.
Es un alimento rico en nutrientes.
Contiene menos lactosa que la
leche, lo que hace que sea más fácil de
digerir.
El queso es rico en proteínas de alta calidad ya que proporciona muchos de
los aminoácidos que nuestro cuerpo necesita para un buen funcionamiento.
El porcentaje de grasa, y de proteínas, que nos aporta el queso dependerá mucho de la leche que se haya
usado para su fabricación y del tiempo
de curación del queso.
Consumir queso ayuda a
proporcionar a nuestro organismo calcio,
fósforo, yodo, magnesio y zinc.
Nos aporta vitaminas A, B y D.
Los quesos curados tienen más
calcio y fósforo. Los más grasos son más ricos en vitamina A y los blancos en
vitaminas del grupo B.
Hemos de saber que el queso
contiene un alto porcentaje de grasas
saturadas que debemos evitar si padecemos algún tipo de enfermedad
cardiovascular.
La sal es usada en la
fabricación del queso tanto para su mejor conservación como para realzar el
sabor.
Siempre es más aconsejable consumir quesos bajo en sal, pues el sodio es
uno de elementos que debemos controlar, ya que un exceso puede resultar
perjudicial para nuestra salud.
El queso comparte casi las mismas propiedades nutricionales con la leche,
excepto porque contiene más grasas y proteínas concentradas. Además de
ser fuente proteica de alto valor biológico, se destaca por ser
una fuente importante de calcio y fósforo, necesarios para la remineralización ósea.
La mejor opción es elegir, quesos frescos desnatados tipo
Burgos, ricotas, requesón, o versiones de bajo contenido graso, tanto para
los niños como para adultos, ya que solo en este tipo de quesos, se ve
modificado su contenido graso, pero no el resto de vitaminas y minerales.
Las personas con intolerancia a la lactosa o alérgicas, deben tener
especial cuidado, restringiendo su consumo, o tomando solo aquellos que su
organismo tolera sin generar reacciones adversas.
Tabla
comparativa de diferentes quesos cada 100 gramos
tipos de queso
|
Energía
(Kcal) |
Proteinas (g)
|
Grasa total
(g) |
Grasa saturada
(g) |
Grasa mono-
insaturada (g) |
Grasa poli-
insatu (g) |
Colesterol
(mg) |
Hidratos de carbono
(g) |
blanco desnatado
|
78
|
13.3
|
1.4
|
0.9
|
0.4
|
trazas
|
5
|
3.3
|
azul
|
353
|
21
|
29.5
|
18.5
|
8.6
|
0.9
|
88
|
0.7
|
Brie
|
329
|
20
|
27.5
|
17.5
|
8
|
0.8
|
80
|
trazas
|
Camembert
|
297
|
20
|
24
|
15
|
6.5
|
0.6
|
92
|
0.4
|
Cheddar
|
414
|
26
|
34
|
21.5
|
9.4
|
1.4
|
110
|
trazas
|
de Bola
|
350
|
29
|
25
|
14.8
|
7.2
|
0.6
|
85
|
2
|
de Burgos
|
203
|
15
|
15
|
8.8
|
4.3
|
0.9
|
14.5
|
2.5
|
de Cabrales
|
390
|
21
|
33
|
17
|
9.5
|
0.83
|
*
|
2
|
Emmental
|
380
|
28
|
30
|
18.4
|
9.2
|
1.3
|
100
|
0.2
|
Gallego
|
350
|
23
|
28
|
15
|
8
|
0.7
|
85
|
2
|
Gruyere
|
268
|
8
|
25
|
*
|
*
|
*
|
*
|
3
|
Manchegocurado
|
467
|
36
|
36
|
19
|
8.4
|
6.2
|
74.4
|
0.5
|
Manchego fresco
|
332
|
26
|
25
|
13.6
|
7.2
|
0.7
|
*
|
trazas
|
Manchego semicurado
|
392
|
29
|
30
|
19
|
9
|
0.7
|
87
|
0.5
|
Parmesano
|
420
|
40
|
29
|
17.2
|
8.5
|
1.1
|
100
|
trazas
|
Roquefort
|
370
|
19
|
33
|
20.7
|
8
|
1.5
|
100
|
trazas
|
Villalón
|
490
|
17.5
|
*
|
*
|
*
|
*
|
*
|
1.9
|
Requeson (ricota)
|
97
|
13.6
|
4
|
2.5
|
1
|
0.1
|
19
|
1.8
|
Elaboración
La pasteurización previa de la leche
será obligatoria para aquellos quesos de tipo frescos y los que se
consuman antes de los dos meses pasada su fecha de elaboración.
Es básico para elaborar un
queso realizar la cuajada. Es
el único proceso necesario y consiste en separar los componentes de la leche,
por acción de la temperatura o bacterias.
La separación se logra desestabilizando la proteína de la leche
(caseína). Este desequilibrio hace que las proteínas se aglutinen en una
masa blanca, separándose del líquido (suero lácteo).
Las bacterias utilizadas (lactococcus, lactobacillus, etc.)
junto con las enzimas que producen y la leche de orígen, serán determinantes en
el sabor del queso tras su añejamiento. Para elaborar quesos duros, se somete a la cuajada a temperaturas entre 33½C y 55½C,
para que se deshidraten más rápido.
A partir de ese momento de separación
de partes, se trata de ir eliminando el suero. Como consecuencia muchas
vitaminas y proteínas hidrosolubles se pierden a través del suero. Pero en
términos generales, el queso mantiene
todas las grasas de la leche, las tres cuartas partes del calcio y casi la
totalidad de la vitamina A.
Por otro lado debemos nombrar el papel de la
sal en su proceso, puesto que además de aportar sabor salado, mejora la
conserva y afirma la textura por su interacción con las proteínas.
La sal puede mezclarse directamente en la cuajada o sólo aplicarla en la superficie exterior del queso.
Todas
las características finales de los quesos (sabor, textura, olor), además de las
materias primas, dependen de las técnicas específicas de elaboración. La
mayoría de los quesos no adquiere su forma final hasta que son prensados en un
molde. Al ejercer más presión durante el prensado, se genera menos
humedad, lo cual dará como resultado final un queso más duro
.
Se necesitan varios litros de
leche para obtener un kilo de queso debido a la pérdida de gran cantidad
de agua durante su elaboración (dependiendo de qué tipo de queso se trate).
El proceso de maduración o añejamiento se aplica a la mayoría de
los quesos excepto los frescos. Durante este período, los quesos permanecen
en moldes y para intensificar el sabor y el olor se pueden introducir nuevos
microorganismos, más sal, o se los puede ahumar o sazonar con especias.
Los quesos normalmente se comen
crudos, pero también se los puede cocinar. A temperaturas superiores a 55 °C se
funden y otros se endurecen aún más (por evaporación del agua que
contienen).
Cuando el queso se encuentra en temperaturas cálidas (30°C) la grasa se derrite y se suele decir que el queso suda. Se recomienda consumirlos a temperatura ambiente, dependiendo del tipo de queso.
Consumo
y producción mundial
Estados Unidos es el mayor productor mundial y casi la totalidad de esa producción es para el mercado local, siendo casi nula su exportación.
Alemania
es el mayor exportador en cuanto a cantidad y Francia el mayor exportador en
cuanto a valor monetario. Así mismo, siguen a Estados Unidos en
cuanto a producción.
Dentro de los países productores en cuarta posición encontramos a Italia y en décima a Argentina.
Los países importadores de
quesos por excelencia son: Alemania, Reino Unido e Italia.
El mayor consumo por persona lo registra Grecia, con 37,4 kg. por
persona y año, le siguen los franceses con 23,6 kg. luego los malteses con 22,5
kg. después los alemanes con 20,6 kg. los austríacos con 18 Kg. chipriotas con
16,6 kg. estadounidenses 14,9 kg. argentinos 11,1 kg. australianos 10,4 kg y
para terminar la lista de los diez primeros están los habitantes del Reino
Unido con 10,1 kg.
Estos datos pueden variar
rápidamente, pues hay países donde el consumo se mantiene estable desde hace
muchos años, mientras que otros como los Estados
Unidos, el consumo se está incrementando rápidamente, habiéndose triplicado prácticamente en los últimos 30
años.
Historia
del queso
La elaboración del queso
seguramente fue descubierta por diversas comunidades al mismo tiempo. Las ovejas fueron domesticadas hace 12.000 años
y en antiguo Egipto se cuidaban vacas
y se les ordeñaban para tener la leche por lo que es lógico pensar que también
harían quesos.
La leche se conservaba en
recipientes de piel, cerámica porosa o madera, pero como era difícil
mantenerlos limpios, la leche fermentaba con rapidez. El siguiente paso fue el
de extraer el suero de la cuajada para elaborar algún tipo de queso fresco, sin
cuajo, de sabor fuerte y ácido.
Cuenta la leyenda que un pastor árabe volvía a su morada con la
leche de las ovejas dentro de una bolsa hecha con la tripa de uno de sus
corderos y que después de caminar a
pleno sol, al abrir la bolsa la leche estaba cuajada, sólida, hecha
queso.
Los romanos lo incluían en su dieta condimentándolo con tomillo, pimienta,
piñones y otros frutos secos, cuando sus soldados se asentaban en un
campamento, elaboraban queso. Toda la antigüedad estaba plagada de alusiones al
queso fresco, cuajado.
En la antigua Grecia no se comía
sólo sino mezclado con harina, miel, aceite, pasas y almendras y se
encuentra en recetas antiguas de platos y postres muy preciados.
El nombre del producto proviene de la palabra griega fornos así se
llamaba el cesto para los quesos y de ella derivan el fromage francés, formatge
catalán y el formaggio italiano, y la palabra latina caseus de donde proviene
el queso español, el cheese anglosajón y la caseina principal albumninoide de
la leche y del queso.
En la Edad Media, la órdenes religiosas se convirtieron en importantes
zonas de actividad agrícola y el queso
adquirió importancia durante los muchos días de ayuno en los que se prohibía
comer carne, por lo que se crearon diferentes tipos de queso, así aportaban
variedad a su limitada dieta.
Con el auge del comercio y el
aumento de la población urbana, el queso se convirtió en producto importante para la economía, empezó a comercializarse con
queso, fuera de las zonas de producción y más allá de las fronteras y cuando se
colonizó el Nuevo Mundo, se llevaron sus tradiciones queseras.
Al principio se utilizaba leche cruda, pero en la década de 1850 el microbiólogo Louis Pasteur descubrió la pasteurización, que cambió el proceso de elaboración del queso. Empezó a mezclarse leche de distinta procedencia y distintos rebaños para obtener un producto homogéneo y disminuyó considerablemente el riesgo de aparición de organismos que pudieran estropear el proceso.
En España comenzó la obtención del queso con la leche de oveja y de cabra,
más tarde con la vaca, pero en otros países se utiliza también el reno y
búfalo como ejemplo está la mozzarella.
Clasificación
de los quesos
Resulta muy difícil realizar una
clasificación estricta, debido a la amplia gama de quesos existentes.
Según el código alimentario se clasifican según el proceso de elaboración y el
contenido en grasa láctea (%) sobre el extracto seco.
Según sea el proceso de elaboración:
Fresco
y blanco pasteurizado: el queso fresco es aquel que está listo para
consumir tras el proceso de elaboración y el blanco pasterizado es el queso
fresco cuyo coágulo se somete a pasterización y luego se lo comercializa.
Afinado,
madurado o fermentado: es aquel que luego de ser elaborado requiere
mantenerse durante determinado tiempo (dependiendo del tipo de queso) a una
temperatura y demás condiciones para que puedan generarse ciertos cambios
físicos y/o químicos característicos y necesarios.
Según sea el contenido de grasa (%), sobre el
extracto seco (sin agua)
desnatado:
contiene como mínimo 10% de grasa
semidesnatado: con
un contenido mínimo del 10% y un máximo del 25%
semigraso: con
un contenido mínimo del 25% y un máximo de 45%
graso:
contenido mínimo de grasa del 45% hasta un máximo del 60%
extragraso: con
un contenido mínimo del 60%
Los quesos fundidos deben contener como mínimo un 40% de grasa.
Esta clasificación nos permite comprender que el queso es un alimento rico en grasas de origen animal, ya que un queso fresco nos aportará al menos un 15% de grasa, excepto que elijamos alguna versión light.
Por lo tanto, aquellas personas
que padezcan sobrepeso, obesidad, dislipemias, o hipertensión, deben controlar el consumo de quesos de alto
contenido graso.
A
nivel popular los quesos pueden clasificarse:
por las bacterias que actúan en ellos (Roquefort, Cabrales)
por su consistencia (blandos, semiduros, duros)
por país:
Francia: Brie,
Camembert, Roquefort, Gruyere
Italia:
Mozzarella, Gorgonzola, Provolone, Parmesano
Suiza: Emmental
Holanda:
Gouda, Edam
Inglaterra:
Cheddar, Stilton
España:
Manchego, Cabrales, Burgos, Villalón, Tetilla, Mahon, Idiazabal.
Clasificación por: Tipo de leche utilizada.
Aparte de su clasificación por el origen de la leche del animal, también se clasifica por los diferentes tratamientos o calentamientos que tiene la leche antes de empezar el proceso de elaboración del queso:
De Leche cruda.
Es el queso elaborado con leche
que no ha sido calentada a una temperatura superior a 40º C térmicamente, ni
sometida a un tratamiento de efecto equivalente.
De Leche pasteurizada
Son aquellos quesos elaborados
con leche pasteurizada, que se obtiene al calentar la leche a una temperatura
entre 72°C - 76°C durante 15 segundos o 61°C - 63º C durante 30 minutos, seguido
de un enfriamiento inmediato.
De
Leche Termizada
Son aquellos quesos que se han
utilizado leche que ha tenido un tratamiento térmico consistente en elevar la
leche a una temperatura entre 57°C - 62°C durante 15 a 20 segundos, seguido de
un enfriamiento inmediato.
De
Leche Micro-Filtrada
Son quesos elaborados con leche
que ha sufrido una micro-filtración. Este proceso consiste inicialmente en
separar la nata de la leche, posteriormente se filtra la leche desnatada a
través de unas membranas muy delgadas que atrapan las bacterias y finalmente a
esta leche filtrada se le incorpora la nata en proporciones adecuadas.
Clasificación por: Tipo de Elaboración
Clasificación por: Tipo de Elaboración
Atendiendo a dónde se elaboran y quién los elabora y qué procedimientos se utilizan, podemos clasificarlos por los siguientes epígrafes:
1. Quesos "Fermier" o de Granja, son elaborados con métodos tradicionales y en la propia granja, en el chalet de "alpage" (alta montaña), utilizando únicamente la leche cruda procedente de animales criados en su explotación.
El resultado son quesos de alta
calidad, de producción limita en cantidad y donde la estacionalidad afecta a la
singularidad del queso.
El quesero interviene en todas las partes del proceso, desde el manejo y alimentación del ganado, hasta la elaboración y maduración del queso. Al igual que el queso artesanal no existe ningún proceso automatizado y continuo, aunque puede disponerse de algún tipo de ayuda mecánica.
El quesero interviene en todas las partes del proceso, desde el manejo y alimentación del ganado, hasta la elaboración y maduración del queso. Al igual que el queso artesanal no existe ningún proceso automatizado y continuo, aunque puede disponerse de algún tipo de ayuda mecánica.
2. Quesos Artesanales, Son los elaborados siguiendo métodos
tradicionales y en general mediante estructuras pequeñas que suelen oscilar
entre 1 y 5 personas. La leche procede de granjas cercanas a su quesería y son
controladas por el quesero. Pueden ser elaborados con leche cruda o
pasteurizada, aunque lo más habitual y aconsejable es que sean de leche cruda.
En su elaboración interviene constantemente el quesero, sin tener ningún
proceso automatizado, aunque pueda disponer de alguna mecanización puntual en
algún punto de la elaboración.
3. Quesos "Latiere" o Cooperativas, se realizan con leche
de los propios miembros de la cooperativa, tienen una dimensión más amplia en
el radio de recogida de leche y esta diversidad de ganaderos trae consigo una
mezcla de leches. La fabricación es semi-automatiza y la normalización se basa
en una preocupación por el rendimiento medio, que combina la seguridad y la
productividad.
4. Quesos Industriales, es un producto industrial obtenido a partir de leche adquirida a diferentes granjas, a veces muy distantes unos de otras, con un proceso de fabricación automatizado que se realiza a gran escala. De ahí su necesidad de estandarizar la materia prima (leche), con el indispensable uso de la pasteurización, termización o micro-filtración.
Clasificación por: Intensidad del sabor o gusto
1. Intensidad Fresca o Dulce:
Para los quesos de intensidad
fresca son aquellos que su sabor es ligeramente ácido y láctico, mientras que
los de intensidad dulce se caracterizan por una cremosidad alta .
Los de intensidad fresca los
encontramos en quesos frescos y con una textura lisa y granulosa, como por
ejemplo quesos de Burgos, cuajadas, petit suisse, y quesos de cabra lácticos.
Los de intensidad dulce los encontramos en los quesos enriquecidos con crema
(Brillat Savarin, Chaurce) y también en quesos de muy poca maduración.
2. Intensidad Poco Pronunciada:
Esta intensidad corresponde en
general a todos aquellos quesos cuya maduración es corta y marcados sabores,
sobre todo a leche y a mantequilla. Los encontramos tanto en pastas blandas
(Camembert, Brie, Coulommiers,), como en quesos de pasta prensada de menos de
2-3 meses de maduración (Reblochon, Cantal).
3. Intensidad Pronunciada:
Los quesos con esta intensidad
los podríamos también denominar aquellos "Quesos
con carácter", y son aquellos donde su maduración está en su punto y
predominan sabores a leche cocida, cereales, frutos secos, vegetales. Podríamos
incluir en este grupo, los quesos de pasta cocida afrutados como por ejemplo
Gruyère o los Beaufort y los de pasta azul blandos como el Cashel Blue y de
cabra de pasta prensada semicurados.
4. Intensidad Fuerte:
Esta intensidad se alcanza el
sabor tiene un toque picante que se mezcla con las características aromáticas
del propio queso, predominando las de animal y establo, además de tener un
punto de salado razonable. Entre otros los encontramos frecuentemente en quesos
de pasta blanda y de corteza lavada Livarot, Maroilles , Epoisses , Munster. En
quesos Azules cómo Fourme d'Ambert o Montbrison o en quesos de pasta prensada
curados.
5. Intensidad Muy Fuerte:
Dicha intensidad de sabor, es
algo más picante que la intensidad fuerte, más duradera, pueden ser incluso
ligeramente agresivos y tienen un punto de sal más pronunciado. Los encontramos
en algunos quesos azules o en quesos muy curados (añejos) y en quesos con doble
fermentación (Tupi, Gaztazarra).
Clasificación por: Tecnología de elaboración
Una clasificación muy extendida
sobre todo por los franceses, divide los quesos en ocho grandes familias,
dependiendo de la tecnología utilizada en la elaboración del queso.
Estas familias son:
· les fromages frais et fromages blancs
· les pâtes molles, à croûte fleurie
· les pâtes molles, à croûte lavée
· les pâtes persillées
· les fromages de chèvre
· les pâtes pressées non cuites
· les pâtes pressées cuites
· les fromages frais et fromages blancs
· les pâtes molles, à croûte fleurie
· les pâtes molles, à croûte lavée
· les pâtes persillées
· les fromages de chèvre
· les pâtes pressées non cuites
· les pâtes pressées cuites
Quesos Frescos – "Les fromages
frais et fromages blancs"
Se trata de quesos de fermentación láctica, con adición en algunos casos de muy
poco cuajo. El desuerado es lento y tan pronto termina se envasa. Son
quesos con alta humedad en la pasta, a veces salados o incrementados con nata.
Quesos de pasta blanda y de corteza
enmohecida – "Les pâtes molles à croûte fleurie"
La familia de estos quesos se caracteriza por que su cuajadas obtenidas son
mixtas, bien de carácter láctico (Brie de Meaux) o de carácter enzimático. La
cuajada no se trabaja y su desuerado se realiza espontáneamente, sin prensado
mecánico. Después se sala, se en molda y se ex polvorea con mohos
"Geotrichum candidum y Penicillium candidum" que dan lugar a la
aparición en la corteza de una especie de "pelo o flor", a lo largo
de la maduración.
Quesos de pasta blanda con corteza
lavada - "Les pâtes molles à croûte lavée"
Son quesos con coagulación mixta, bien de carácter láctico o de carácter
enzimático (Pont-l’eveque). Durante la maduración, los quesos son volteados con
frecuencia (dos a tres veces por semana), cepillados y lavados con salmuera
(solución de agua y sal) y/o enriquecida con una determinada bacteria
(Brevibacterium linens) y/o con cervezas o aguardientes. La corteza se
convierte progresivamente en suave, flexible y brillante, tomando un color
rojizo-anaranjado. Todos estos quesos se caracterizan por su olor a pútrido o
vulgarmente dicho "a pies", aunque su sabor es suave y
característico.
Quesos de Pasta Azul (Verde) –
"Les pâtes persillées"
Su característica distintiva es la presencia de moho azul en el interior de la
pasta. Existen dos clases de azules: los denominados "azules fuertes"
(Cabrales) y "azules suaves" con dominio enzimático (Gorgonzola).
Este moho "pénicillium roqueforti" se puede sembrar espontáneamente o
en la formación de la cuajada. Una vez moldeado puede ser pinchando con agujas
para facilitar la circulación de aire y estimular así su desarrollo.
Quesos de Cabra - "Les fromages
de chèvre"
Los quesos de cabra, no se distinguen por su modo de elaboración, sino por su
leche y, por tanto, pueden pertenecer a las diferentes familias de elaboración.
Los clásicos son de pasta blanda y de corteza enmohecida (ceniza).
Quesos de pasta prensada sin cocer -
"les pâtes pressées non cuites"
Se designan a todos aquellos quesos de carácter enzimático dominante y
contienen una humedad en el extracto seco (%HQD) entre un 44 y un 55%. El
desuerado es rápido durante el trabajo en cuba (corte y agitación) y su
prensado es mecánico consiguiéndose con ello compactar más los granos de la
cuajada y evacuar el lactosuero mas rápidamente.
Quesos de pasta prensada cocida –
"Les pâtes pressées cuites"
Son aquellos quesos que una vez formada la cuajada esta sufre una cocción o
calentamiento entre 53º-55ºC, durante un tiempo entre 30 a 60 minutos, así se
aumenta el drenaje de la cuajada.
La porción recomendada de queso al día es de 30 gramos, además de 1
vaso de leche o yogur desnatado. Los niños y adolescentes pueden
consumir hasta una porción de 40 gramos de queso al día.
Los adultos que no suelen tomar
leche, encuentran en el queso un
excelente sustituto para la conservación de huesos, dientes y la prevención del
desgaste óseo, trastornos que se relacionan con la osteoporosis y las
fracturas de huesos, muy comunes en las personas mayores.
También las mujeres embarazadas y en el período de
lactancia tienen este alimento como un buen aliado para cubrir las
necesidades de calcio del organismo. Sin embargo, el queso carece de
la vitamina C, también de hidratos de carbono y de origen vegetal. En este
sentido, los alimentos que deben acompañarlo para suplir estas carencias son:
el pan, las hortalizas, las pastas, las frutas como la uva y todo tipo de
cítricos.
El queso tiene un valor nutritivo muy alto. Tiene todos
los nutrientes esenciales de la leche, pero concentrados, si tenemos en cuenta
que para hacer un queso de oveja hacen falta 4-5 litros de leche, de 8 a 10
litros si es de cabra, y 10-14 si es de vaca.
Solo es escaso en hidratos de
carbono, presentes en el suero de la leche y por tanto se pierden en gran parte
en la elaboración. Cuando se come el queso con pan se suple esta falta y ya
sólo nos faltaría la vitamina C para una alimentación completa.
El contenido en nutrientes
varía según la clase de queso. La siguiente tabla nos puede dar una idea:
Grasas
|
Proteínas
|
calcio
|
carbohidratos
|
calorías
|
|
Magro
|
1.8 g
|
39 g
|
1050 mg
|
4.2 g
|
200
|
Semigraso
|
9.9 g
|
36.2 g
|
961 mg
|
3 g
|
253
|
Tierno
|
25.4 g
|
26 g
|
470 mg
|
0 g
|
333
|
Semicurado
|
28.7 g
|
29 g
|
835 mg
|
0 g
|
376
|
Curado
|
32 g
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420
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Si hay un ingrediente sabroso y versátil para cocinar ése es el queso. Este
lácteo centenario ha acompañado al hombre desde los primeros pasos de la
civilización; no sólo por sus propiedades nutritivas (calcio, proteínas, vitaminas),
sino también por su inconfundible sabor.
La variedad de quesos de la que
disponemos hoy nos permite grandes posibilidades culinarias: los quesos frescos
son ideales para ensaladas y postres;
los duros para rallar y gratinar, acompañar pastas y risottos; los azules para
hacer salsas; y los grasos para gratinar y preparar rellenos.
El
queso manchego
El Queso Manchego es un
alimento muy completo, que concentra todas las cualidades nutritivas de la
leche. Contiene una elevada proporción de proteínas, lo que le hace ser incluso
más rico que la carne en estos elementos.
En el queso manchego también están
presentes vitaminas tan importantes como la A, la D y la E, fundamentales en
procesos metabólicos, como el crecimiento, la conservación de tejidos y la
absorción de calcio.
Por su composición, se
recomienda su consumo a todas las edades. Durante la etapa de crecimiento, por
su alto contenido en calcio. Para los adultos, por la gran cantidad de
proteínas que aporta, que cubren el desgaste producido a diario en estos
principios inmediatos. Por último, es aconsejable su consumo a las personas de
la tercera edad, ya que retarda, en gran medida, la descalcificación ósea y es
un alimento más digestible que la leche.
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