La artrosis
¿Qué es?
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las
articulaciones y produce el desgaste del cartílago. Esta patología puede a
producir incapacidad funcional, aunque es difícil que provoque un grado de
invalidez que impida desempeñar las actividades cotidianas necesarias. La
erosión del cartílago articular, provoca la alteración del cartílago articular
del hueso opuesto de la propia articulación que, a su vez, comienza a sufrir el
mismo proceso. Así, llega un momento en que los cartílagos pueden llegar a
desaparecer y se produce el dolor. Aún sin llegar a esta situación, y a medida
que desaparece el cartílago, el hueso reacciona y crece por los lados
(osteofitos), produciendo la deformación de la articulación.
Causas
- Influencia genética.
- El sobrepeso, tanto fisiológico (obesidad) como el ocasionado por desempeñar
profesiones que exijan realizar esfuerzos físicos muy intensos.
Síntomas
Los síntomas de la artrosis son progresivos y
dilatados en el tiempo. Quizá el síntoma más temido sea el dolor, que en un
primer estadio está asociado al movimiento y al esfuerzo al que se somete la
articulación. En esta fase, el dolor cesa con el reposo. Posteriormente, el
agravamiento de la artrosis hará que el dolor aparezca tras el reposo y tras el
ejercicio prolongado estos periodos de tiempo se van dilatando y haciendo más
continuos, hasta que el dolor es casi constante. El reposo provoca que los
músculos que rodean la articulación se atrofien. Además, en otros casos, el
dolor y las deformaciones de los huesos provocan contracturas musculares.
El deterioro muscular ayuda a que la enfermedad sea más severa, puesto que coarta los movimientos naturales de la articulación y produce más dolor. Otro síntoma de la enfermedad es la rigidez de la articulación que impide que los movimientos se desarrollen sin dolor. Las zonas cervical y lumbar de la columna también pueden verse afectadas por esta enfermedad.
Prevención
Es recomendable llevar una dieta sana y equilibrada, realizar ejercicio físico moderado (acorde con la edad y el estado físico de la persona) y evitar la obesidad. También es necesario limitar los esfuerzos físicos intensos, tales como cargar objetos pesados o desempeñar actividades laborales que exijan un esfuerzo físico intenso. Los deportes de contacto, como el fútbol o el rugby, no se recomiendan a aquellas personas con artrosis. Estas prácticas deportivas son, frecuentemente, uno de los factores que desencadenan la enfermedad. De hecho, muchos futbolistas padecen artrosis de rodilla debido a que sufren daños en una articulación de la rodilla, el menisco.
En caso de padecer ya la enfermedad, se deben
evitar los movimientos que producen dolor, ya sea utilizando preferentemente
otras articulaciones o limitando el uso de las enfermas. Sin embargo, esto no
quiere decir que se deba tender a la situación de inmovilidad de estas últimas.
Hacer ejercicio con las articulaciones enfermas es fundamental tanto para
mantener la movilidad como para fortalecer los músculos y así evitar que la
articulación quede fláccida. Este ejercicio debe ser suave y que no provoque
dolor. Si es excesivo, ya sea en tiempo, esfuerzo o intensidad, siempre será
perjudicial. El uso de bastones o muletas y reducir el esfuerzo de las
articulaciones enfermas, es una forma de evitar el dolor y la degeneración de
la enfermedad.
En la artrosis del pulgar, el uso de utensilios con
mango ancho (que eviten los movimientos prensiles), evitar sostener objetos con
los dedos o el uso de férulas inmovilizantes durante el trabajo, son medidas
recomendables. El frío o el calor (en forma localizada, en ambos casos) pueden,
respectivamente, aliviar temporalmente el dolor y la sensación de rigidez
articular. Una ducha caliente con chorro a presión en las articulaciones
enfermas puede ser muy recomendable.
Tipos
- La artrosis produce dolor en las partes interna o frontal de la rodilla cuando se la obliga a un esfuerzo. Por este dolor, y por la evolución degenerativa, puede producir cojera cuando la enfermedad alcanza un estadio severo. Además, en cualquier momento de la enfermedad, el movimiento de la articulación suele causar chasquidos.
- La artrosis en las manos puede estar ligada al sexo femenino y a la
herencia genética. Empieza por una articulación y se va extendiendo al
resto: el dolor acompaña la evolución de la enfermedad, siendo más fuerte
al principio, y mitigándose a medida que aparecen los “nódulos”. Las molestias
suelen desaparecer a medida que la deformación se completa. La
funcionalidad de la mano es normal salvo que la articulación quede un poco
flexionada o desviada.
- La artrosis en el pulgar puede coartar los movimientos de presión.
Suele afectar al sexo femenino.
La artrosis de cadera provoca
dolor en la ingle y la zona interna del muslo, aunque a veces se puede
“reflejar” en la rodilla —sin molestias en otra zona—. En estadios avanzados,
puede dar lugar a dolor nocturno (por la posición de descanso), o dificultades
para flexionar las piernas o caminar. La artrosis que afecta a la cadera se
suele asociar a personas que desempeñan labores agrícolas, sin maquinaria
adecuada y desde muy temprana edad.
Diagnóstico
Con una entrevista con el paciente y una exploración
articular se suele conseguir la diagnosis. Si el especialista quiere confirmar
el diagnóstico y determinar cual es el estadío de la enfermedad, se pueden
realizar pruebas que consisten en la aspiración del líquido articular mediante
una artroscopia (suele utilizarse sólo en la articulación de la rodilla) o la
realización de radiografías u otras técnicas de imagen (ecografía, escáner,
etc).
Tratamientos
- Existen medicamentos, antiinflamatorios y analgésicos, que pueden
ayudar a aliviar los síntomas producidos por la artrosis: tanto el dolor
como la rigidez de la articulación. Estos fármacos tienen el inconveniente
de que pueden producir problemas gástricos como las úlceras. Por otra
parte, el sulfato de glucosamina puede ayudar a ralentizar la progresión
de la enfermedad.
- La rehabilitación de la articulación dañada es otro procedimiento
habitual en el tratamiento de la artrosis.
- Tratamientos quirúrgicos La cirugía también resuelve los casos en que
las articulaciones de carga (cadera) estén muy dañadas debido a un estado
muy avanzado de la enfermedad. Sin embargo, como todas las intervenciones
quirúrgicas, éstas tampoco están exentas de riesgo. Los problemas
principales que pueden aparecer después de una operación son: desprendimiento
de la prótesis, debido a que ésta no encaja bien, o las infecciones.
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