LAS LEGUMBRES
El
nombre de legumbres se aplica muchas veces a las hortalizas en general,
pero denomina en especial los frutos y semillas que se desarrollan en la vaina.
Estos pueden consumirse frescos, pero por lo común se prefieren secos, ya que,
al igual que los cereales, se someten fácilmente a un proceso de desecación que
permite conservarlos en buen estado bastante tiempo.
Con
las legumbres se pueden realizar deliciosos platos que constituyen una
apreciada fuente de proteínas. Por fortuna, un conocimiento más riguroso de la
dietética y de las propiedades de los alimentos, está devolviendo a nuestras
mesas las legumbres secas. Nutritivas y económicas, son la materia básica de la
cocina regional española, las legumbres son baratas, fáciles de cocinar,
aportan pocas calorías, tienen gran valor energético y permiten preparaciones
suculentas. En nuestro país se llegan a consumir unos ocho kilos de legumbres,
por persona y año.
Hay
muchos tipos de legumbres y, dentro de ellas, casi tantas variantes como
pueblos las producen: garbanzos, judías o alubias, guisantes secos, lentejas y
habas secas, son las principales.
En
general, la digestión de las legumbres no es fácil, debido, sobre todo, a los
incómodos flatos. Sin embargo, este es un problema de fácil solución: se evita
condimentando los guisos con hierbas aromáticas y también procurando que la
cocción sea total. El factor cocción requiere especial cuidado, pues es
frecuente que se pierda el valor gastronómico de las legumbres al romperse las
membranas que envuelven las semillas.
GARBANZO
El
garbanzo se cultiva en casi todas las regiones españolas, así como en la
mayoría de los países del Sur de Europa, Asia y algunos Estados de América
Central y del Sur. Su popularidad se debe seguramente a su agradable sabor,
fácilmente combinable con otros elementos, y a su importante valor nutritivo.
Cada
100 gr. de garbanzos aportan: 358 calorías; 20,1 g. de proteínas; 4,5 g. de
grasas; 55 g. de hidratos de carbono; 149 miligramos de calcio; 7,2 mg. de
hierro; 300 U.I. (unidades internacionales) de vitamina A; 0,4 mg. de tiamina;
0,8 mg. de riboflavina; 1,6 mg. de ácido nicotínico y 5 mg. de vitamina C.
Las
proteínas, aunque en cantidad no despreciable, son de escaso poder biológico.
Este alimento, sobre todo, hay que considerarlo un buen energético.
Normalmente
los garbanzos van acompañados de carnes y verduras que pueden mejorar
considerablemte la calidad nutritiva del menú. Hay que cuidar, sin embargo, de
no abusar de las grasas para facilitar la digestión y evitar el aumento
peligroso del colesterol.
* Consejos para su preparación:
-Deben
ponerse a remojo por lo menos 12 horas antes de cocinarse.
-
Los garbanzos se pondrán a cocer en agua caliente.
-
Si hay que añadir agua, será agua hirviendo, ya que cuando los garbanzos dejan
de hervir se estropean.
-
Cantidad a calcular por persona: 100 gramos. Disminuirá si en el plato se
incluyen otros ingredientes.
-
Tiempo de cocción aproximado: en cazuela, tres horas; en olla exprés, una hora.
LENTEJA
Cultivada
en toda la península Ibérica, quizá la lenteja sea la reina de las legumbres,
la menos desacreditada y la que más se incluye en la dieta de los niños a
partir de los dos años, primero en forma de puré, después enteras. Y es que un
puré de lentejas preparado con leche y mantequilla constituye un alimento
completísimo, al añadirle con estos ingredientes las grasas que le faltan.
Dentro
de las leguminosas es la más digestiva, pero, aún así, para que la digestión
sea mejor y más completa conviene masticar bien, ya que por su tamaño, se
prestan a tragarlas enteras. Para que esto no pase se pueden mezclar con
patatas, verduras, etc.
Cada
100 gramos de lentejas contienen: 366 calorías; 59 g. de de hidratos de
carbono; 20,1 g. de proteínas; 1,8 g. de grasas; 56 mg. de calcio; 8,6 mg. de
hierro; 438 mg. de fósforo; 100 U.I. de vitamina A; 0,5 mg. de tiamina; 0,21 mg
de riboflavina; 11,8 mg. de ácido nicotínico y 3 mg. de vitamina C.
El
alto contenido en hierro y fósforo las hace especialmente recomendables para
los adolescentes, debido al esfuerzo físico y mental que realizan.
* Recomendaciones para cocinarlas:
-
Dejarlas en remojo tres o cuatro horas en agua.
-
Ponerlas a cocer en agua fría. Romper el hervor dos o tres veces, añadiendo un
chorro también de agua fría.
-
La cocción tiene que ser lenta.
-
La sal se pone a la mitad de la cocción.
-
Cantidad por persona: 100 gramos. Se disminuye cuando se añaden otros
ingredientes.
-
Tiempo de cocción aproximado: en cazuela, una hora y media, en olla exprés, 30
minutos.
JUDIAS
También
conocidas por alubias, habichuelas y fríjoles. En España son famosas por su
calidad -entre otras- las de Tolosa, las de el Barco de Avila y las asturianas
-de gran tamaño-, conocidas como "fabes", que se emplean en la famosa
fabada.
Se
cultivan en lugares de suelo húmedo y rico en sales minerales. Su uso es más
restringido que el de garbanzos y lentejas, porque son muy pesadas de digerir y
se prestan a combinaciones peligrosas para el estómago como oreja de cerdo,
tozino, chorizo, salchichas, etc.
Si
se toman solas, en ensalada o cocidas con abundantes hierbas aromáticas, su
digestión mejorará considerablemente.
Cada
100 gramos de judias contienen: 350 calorías; 62 g. de de hidratos de carbono;
22 g. de proteínas; 1,5 g. de grasas; 148 mg. de calcio; 10,3 mg. de hierro; 30
U.I. de vitamina A; 0,54 mg. de tiamina; 0,18 mg de riboflavina; 2.1 mg. de
ácido nicotínico y 3 mg. de vitamina C.
Las
judías no son aconsejables en la dieta de los niños pequeños.
* Sugerencias a la hora de guisarlas:
-
Dejar en remojo durante doce horas en agua con sal.
-
Ponerlas a cocer en agua fría.
-
Cuando haya que añadir agua, que sea también fría.
-
Salar al final de la cocción.
-
Cantidad por persona: 100 gramos. Se disminuye cuando se añaden otros
ingredientes.
-
Tiempo de cocción aproximado: en cazuela, dos horas y media; en olla exprés
cuarenta minutos.
-
Las judías quedan mejor guisadas de un día para otro, pero en este caso no
conviene que tengan patatas.
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