QUÉ HACER CON
LOS RESTOS Y LAS SOBRAS
RESTOS DE CARNE
Si nos sobra
un poco de carne, de cualquier tipo, pollo, pavo, ternera, cerdo, etc., la
podemos aprovechar haciendo unas cazuelas de carne, por ejemplo. Trituraremos
la carne añadiendo trozos de huevo duro, un poco de mantequilla, una cucharada
de harina, sal, pimienta y leche como al hacer croquetas, pero intentando que
quede una pasta más líquida.
Pondremos esta
mezcla en cazuelitas pequeñas, individuales espolvoreando de queso por encima y
después lo gratinaremos, el resultado es perfecto.
Los trozos de aves y conejos ya guisados se pueden
incorporar al sofrito inicial de una preparación de patatas guisadas o de un
potaje, cualquiera de legumbres secas (alubias, garbanzos, lentejas) o bien a
una menestra de verduras. También se
pueden preparan canelones, empanadas, empanadillas, huevos rellenos, lasañas,
pasteles salados, así como ensaladas y
relleno de volovanes
Carne asada. Se puede presentar fría, cortada en lonchas finas y acompañada
de un puré y alguna salsa; o en ensalada, cortada en tiritas o dados y
aderezada con una vinagreta o salsa mayonesa; o bien caliente, cortada en dados
y guisada con verduras, o en lonchas, rebozada en harina, huevo y pan rallado y
frita.
Con los
recortes sobrantes de carne asada se realiza pasta para croquetas,
añadiéndolos desmenuzados a una salsa bechamel espesa, y rellenos de pasteles
salados, empanadillas o empanadas.
Carne guisada. Se puede utilizar
para dar consistencia a una salsa con que acompañar un plato de pasta caliente
o para elaborar una farsa con que rellenar unas verduras (cebollas,
calabacines, pimientos, tomates, berenjenas...).
Carne picada. Con ella cruda se
pueden realizar, además de hamburguesas, filetes rusos y albóndigas, múltiples
preparaciones, desde el relleno de una empanada o de una quiche o de unas
empanadillas o de verduras, hasta una
salsa con que acompañar un plato de pasta italiana o unos canelones y lasañas.
También son muchas las posibilidades de transformación que ofrece una vez
cocinada: las albóndigas acompañarán a los platos de pasta, de legumbres, de
patatas, de arroz y de verduras, como guarnición o interviniendo en el
sofrito; los filetes rusos y las hamburguesas, además de poderse napar con
diferentes salsas, se pueden rebozar en harina, huevo batido o leche y pan
rallado antes de proceder a freírlos de nuevo, al igual que las rebanadas en
que se habrá cortado un pastel de carne, o bien utilizarlos para presentar
sobre ellos huevos escalfados o al plato, si se colocan en el fondo de las
cazuelitas ya untadas con mantequilla o con alguna salsa, para introducirlas en
el horno, como ya hemos mencionado.
Si nos quedan
algunas chuletas fritas de cerdo o de cordero, podemos introducirlas en un
adobo, donde permanecerán como mínimo un par de horas - para contrarrestar la
sequedad adquirida al no ser consumidas recién hechas -, antes de rebozarlas
en harina y huevo, pasándolas si se quiere también por pan rallado, y freírlas
de nuevo brevemente en aceite muy caliente, para comerlas a continuación o
para incorporarlas a una cazuela en donde estará ya caliente una salsa o una
menestra de verduras, dejando que dé todo junto un hervor.
Con los restos
de guisos de carne, aparte de poder
formar con ellos otra receta por el simple sistema de añadir algún ingrediente,
es posible realizar con los restos de este tipo rellenos de empanadillas y
empanadas, para lo cual bastará con agregar cebolla picada y sofrita con salsa
de tomate y huevos duros picados o una bechamel muy especiada.
SOBRAS DE PESCADOS Y MARISCOS
Pescados fritos. Las piezas
sobrantes de una fritura de pescado, sobre todo si se trata de especies azules,
como boquerones, caballas, jureles o chicharros v sardinas, se pueden
escabechar.
Pescados y mariscos cocidos y
a la plancha. Una vez desprovistos de pieles,
cáscaras y espinas, con ellos se realizan salpicones y empanadas, ensaladas, y
sirven para acompañar a las legumbres estofadas y pastas cortas o, mezclados
con una bechamel, para rellenar canelones o lasañas o sencillamente preparar
pasta para hacer croquetas.
Mariscos. Cocidos y a la plancha, limpios de cáscaras, bigotes y cabezas,
se incorporan a ensaladas, salpicones, sopas y salsas con que acompañar
pescados al horno o guisados.
Con las
cabezas y las cáscaras de gambas, langostinos, carabineros, quisquillas..., se
elaboran exquisitos fumets con los que
se enriquecen las salsas de otras recetas.
La salsa de
los calamares y chipirones realizados en su tinta acompaña a todos los pescados
blancos, que, sobre todo si son congelados, pueden hervir en ella durante unos
minutos; también va muy bien con todos los pasteles y empanadas a base de
pescado y con los volovanes.
RESTOS DE ARROZ
Recalentar un arroz
hecho con anterioridad es problemático, pero se puede aprovechar utilizándolo
para hacer distintos platos como por ejemplo, ensaladas, pasteles, mezclándolo
bien con huevos batidos y sazonados con especias, hierbas aromáticas, y
aderezado con embutido, queso rallado, alguna juliana de verdura, de pollo o de
carne cocida o asada o bien con bonito en escabeche), potajes (el arroz se
calentará al entrar en contacto con el caldo o la salsa del potaje), sopas (se
añade al caldo cuando esté cociendo y se retira el recipiente del fuego al
reanudarse el hervor), tortilla (añadiendo a los huevos batidos para hacer una
tortilla a la española), y como guarnición, presentándolo en moldes
individuales colocado en el centro del guiso al que acompañe. También se puede
emplear para realizar croquetas de arroz
SOBRAS DE VERDURAS
Verduras cocidas. Pueden
incorporarse a un guiso de carne o a una sopa o hacer con ellas, una vez
cortadas en trocitos pequeños y muy bien escurridas, una tortilla paisana,
añadiendo si se desea un poco de jamón o de chorizo picado. También se puede
hacer con ellas una quiche, o un pastel salado. También se transforman en puré,
añadiendo si se quiere unas patatas.
Las verduras
congeladas están mucho más sabrosas si después de cocerlas en agua hirviendo
con sal, teniendo en cuenta que necesitan menos tiempo que las frescas, - al haber sido escaldadas tras ser
recolectadas - y una vez escurridas se rocían con un sofrito de ajo con
trocitos de jamón o de colas de gambas y aceite de oliva o se incorporan al
recipiente en que se haya elaborado éste para que dé todo junto hervor. El
sofrito se puede sustituir por algún resto de carne o pescado en salsa y
desmenuzado.
FRUTAS Y POSTRES SOBRANTES
Una fruta muy
madura que no se vaya a consumir de inmediato, se puede transformar en puré con
el mismo vòlumen de azúcar y congelada en la bandeja de hacer cubitos servirá
para elaborar sorbetes y helados instantáneos si se trituran éstos mediante
una batidora eléctrica con la misma cantidad de zumo o de leche en el momento
de ser consumidos.
El mismo
proceso se puede realizar con yogures u otros productos lácteos que estén a
punto de caducar; incorporando un vaso de leche fría y una taza de azúcar por
cada bandeja de cubitos, al triturar éstos se obtienen deliciosos y originales
helados, o bien sorbetes si en vez de leche se emplea zumo líquido u otra
bebida, siempre que no tenga burbujas.
Una pieza de
fruta que no tenga muy buena apariencia nos puede servir para engordar una
salsa si la ponemos a cocer con los demás ingredientes una vez desprovista de
simientes, zonas golpeadas y pieles.
Postres. Las frutas y los
platos a base de huevos y leche (natillas, flanes, cremas, yogures...), de
elaboración casera o industrial, se pueden utilizar para hacer con ellos helados y sorbetes, pero
si lo que se deseas es aprovechar otro tipo de preparaciones, como tartas y
otros platos dulces, por haberse quedado duros, puedes hacer pudin.
Con frutas
preparadas y cocidas se pueden elaborar deliciosos batidos que admiten ser
congelados, o pueden utilizarse para rellenar o empapar bizcochos y realizar
tartas.
Las frutas
cocidas y los platos dulces elaborados con leche y huevos se pueden envolver en
pasta quebrada para ser horneados espolvoreándolos después con azúcar y canela
molidas.
Bollos,
galletas y bizcochos pueden transformarse en púdines si se cuecen al baño María
después de desmenuzarlos mezclándolos con leche caliente y huevos batidos.
RESTOS DE SOPAS, CREMAS,
POTAJES, PURÉS Y LEGUMBRES
Sopas. Se puede cambiar
la apariencia de una sopa, incluso aumentarla, añadiéndole una juliana de verduras,
que pueden estar ya cocidas; una cucharada de arroz; un poco de puré de
patatas, de legumbres o de verduras; unas rebanadas muy finas de pan del día anterior;
un huevo duro muy picado; unos higaditos de pollo picados sofritos antes en una
sartén, unas rodajas de embutido salteadas o, si la sopa es de pescado,
incorporando algún marisco menudo (gambas peladas, chirlas, berberechos,
mejillones...) y un par de cucharadas de pan rallado para que espese.
Cremas. Salvo si llevan nata líquida o huevo crudo batido en cuyo caso
no pueden ser recalentadas al modo tradicional, sino al baño María o en microondas,
admiten ser enriquecidas con otros ingredientes ya cocinados, pasando todo
junto por una batidora o pasapuré un momento antes de presentarlas a la mesa.
Potajes. Admiten la adición de numerosos alimentos ya cocidos (carne,
legumbres, patatas, hortalizas, pastas cortas...), con los que darán un hervor,
pudiéndose también cambiar su apariencia, según se les añada salsa de tomate o
alguna de sus derivadas, o su aroma y sabor, aderezándolos con alguna otra
salsa, especia o hierba aromática o bien con un sofrito de verduras.
Purés. Si se trata de uno espeso, como los que habitualmente se
preparan para guarnición, que por cierto son difíciles de calentar a no ser en
un microondas o al baño María, se puede utilizar, para añadir a un caldo
hirviendo, con lo que se obtiene una crema, o para realizar un pastel,
mezclándolo con carne picada. También se puede realizar con puré croquetas para
guarnición.
Legumbres. Si están simplemente cocidas con sal, pueden consumirse una vez
frías y escurridas en ensalada, añadiéndoles una juliana de verduras cocidas (judías
verdes, zanahorias guisantes, coliflor, repollo) y encurtidos picados.
También se
puede preparar con ellas un potaje, ligándolas con cualquier guiso de carne,
ave o pescado, sin huesos ni espinas; con un puré, preferiblemente espeso, de
alguna verdura (espinacas, acelgas, zanahorias). O bien elaborar un puré.
RESTOS DE PASTA, PIZZAS Y
MASAS
Pastas. Además de reutilizarlas, pueden introducirse, en una fuente, en
el horno ya caliente, cubiertas con una bechamel o con salsa de tomate y una
cucharada de mantequilla o margarina repartida por la superficie. Antes de
meter la fuente en el horno hay que remover el contenido para que la salsa
empape bien la pasta, y si se quiere se puede espolvorear la superficie con queso
rallado. También se puede incorporar a la salsa un picadillo de algún guiso de
carne o de pescado.
Pizzas. Las bases para la elaboración de pizzas que se adquieren
congeladas, también proporcionan excelentes soportes para la realización de
curiosos postres, cubriéndolas con mermelada o con alguna de las cremas dulces
o bien con queso fresco batido con azúcar o miel y cubiertas con láminas de
frutas en almíbar.
Con la masa de
empanadillas que se adquiere lista para ser utilizada, y que se conserva perfectamente
en la nevera, además de realizar empanadillas colocando en el centro de cada
circulo una cucharada de un sofrito hecho con aceite de oliva, cebolla picada
o rallada, huevo duro desmenuzado y bonito u otro pescado de lata o guisado, o
bien pollo o carne guisada, o sencillamente de pisto. Se pueden hacer también
deliciosos postres, si se rellenan con mermelada, con unas natillas espesas ya
frías o con crema pastelera, espolvoreándolas después de fritas con azúcar
molido mezclado con canela en polvo a partes iguales o bien bañándolas con miel
calentada con el doble de su volumen de agua a la que se puede haber incorporado
unas gotas de algún licor o aguardiente. Un relleno delicioso consiste en
mezclar requesón o un queso fresco con miel o mermelada.
SOBRAS DE PAN, VINO, QUESOS,
PATATAS, ETC.
Pan duro. Si es de hace
varios días se puede rallar para lo cual conviene desmenuzarlo, siempre
resultará más fácil con una picadora o un molinillo de café, y con el resultado
elaborar un delicioso pudin dulce o salado, según se desee. También si el pan
es del día anterior, se puede hacer con él una sopa de ajo, salmorejo o
gazpacho.
Patatas. Son de difícil reutilización, independientemente de su
preparación inicial, siempre se puede hacer con ellas la base de una sopa, una
vez transformadas en puré, o bien una tortilla o un souflé, añadiendo junto con
los huevos batidos alguna verdura ya cocida y troceada o unos pimientos fritos
o asados también cortados muy menudo.
Quesos. Con los trozos que se han endurecido con el transcurso del tiempo,
además de transformarlos en «queso rallado», tan útil para espolvorear sobre
las preparaciones con salsa bechamel que se vayan a introducir en el horno y
los platos de pasta o para agregar a los huevos batidos para hacer cualquier
tipo de tortilla, se puede realizar, el relleno con que cubrir un molde ya
tapizado con masa quebrada o de hojaldre una deliciosa tarta de queso.
Vino. Si en alguna ocasión nos quedase algún resto de buen vino en una
botella, se puede preceder a su congelación para incorporarlo a un guiso
cuando sea preciso, pues aunque para beberlo habrá perdido la mayoría de sus
cualidades al paladar, al cocer se apreciará su buena crianza.
Cualquier
botella de vino, sidra, cava, etc. puede permanecer unas horas abierta en la
nevera para incorporar a cualquier salsa o guiso de pescado o a una macedonia
de frutas.
Con el aceite de
haber frito huevos o pimientos, se puede cocinar cualquier otro plato, teniendo
la precaución de pasarlo previamente por un colador metálico para retirar las
impurezas que pudiera contener.
Huevos. Si sobrasen claras o yemas al realizar alguna receta, las
primeras, que admiten muy bien ser congeladas, se emplean para hacer soufflés y
mousses y clarificar caldos, mientras que las segundas se incorporan a purés y
farsas. Tanto unas como otras se pueden añadir a masas de rebozados o
utilizarse para aumentar tortillas o incluir en rellenos de empanadillas.
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